El mundo de Ana es redondo
y todo el mundo le dice elipsis
y todos saben que los barcos,
pero su mundo es otra cosa
los arboles, las frambuesas
las vaquitas de caramelo,
la suave canción del cucurucho
vive en la voz que sueñan los helados.
Ana corre y silba cuando sabe,
la noche es siempre azul aunque no quiera,
el color estalla en los ríos,
las aves son de chocolate
los corazones de dulce de leche.
Todo es alegría,
hasta en invierno
cuando cruzan los vientos
el territorio que atrinchera
aquellos mates,
los aviones,
los latidos que al pecho
obliga una sonrisa,
un abrazo.
Ya lo sé
y no me importa lo que digan,
los horarios, los tranvías
la tristeza que inunda la moneda;
cuando Ana duerme,
yo quiero ser soñado.
y todo el mundo le dice elipsis
y todos saben que los barcos,
pero su mundo es otra cosa
los arboles, las frambuesas
las vaquitas de caramelo,
la suave canción del cucurucho
vive en la voz que sueñan los helados.
Ana corre y silba cuando sabe,
la noche es siempre azul aunque no quiera,
el color estalla en los ríos,
las aves son de chocolate
los corazones de dulce de leche.
Todo es alegría,
hasta en invierno
cuando cruzan los vientos
el territorio que atrinchera
aquellos mates,
los aviones,
los latidos que al pecho
obliga una sonrisa,
un abrazo.
Ya lo sé
y no me importa lo que digan,
los horarios, los tranvías
la tristeza que inunda la moneda;
cuando Ana duerme,
yo quiero ser soñado.