Cada gota,
descansa sobre el suelo
como atravesando su corteza,
el viento sopla,
dándole vida al aire
que nos llena de frescura y de perfume.
Los arboles bailan
al compás del aguacero,
moviéndose de lado a lado
agradeciendo su postura,
algunos frutos
que amanecen junto al alba
caen devastados
a su futuro inmediato
y prematuro, inevitable.
Un hombre, atento a su tormenta
reposa su vida en una piedra
que mojada alimenta algunas flores
y el hombre respira,
sabiendo que en cada bocanada
lleva oxigeno a su cuerpo,
que la sangre lo recorre
de los pies a la cabeza
dejando a su paso
un poco de existencia.
descansa sobre el suelo
como atravesando su corteza,
el viento sopla,
dándole vida al aire
que nos llena de frescura y de perfume.
Los arboles bailan
al compás del aguacero,
moviéndose de lado a lado
agradeciendo su postura,
algunos frutos
que amanecen junto al alba
caen devastados
a su futuro inmediato
y prematuro, inevitable.
Un hombre, atento a su tormenta
reposa su vida en una piedra
que mojada alimenta algunas flores
y el hombre respira,
sabiendo que en cada bocanada
lleva oxigeno a su cuerpo,
que la sangre lo recorre
de los pies a la cabeza
dejando a su paso
un poco de existencia.