Así como viniendo desde el cielo
una noche, una estrella en deshielo
se acurrucaba a mi historia, mi alma
que observaba dichosa, la calma
la sangre que giraba en la vía láctea
ese deseo que yace en mi galaxia.
Mientras las tardes se aburrían
con sus cotidianos arboles, creían
los días combatir los cielos
en las calles, con los credos
todas las burlas que humanizan
nuestros sueños que deslizan.
Los momentos que se escapan
de las manos, que nos atrapan
la vida, los años que pasan
como el río, como los que abrasan
las armas, el odio, la plata
en fin lo que nos mata.
Que nos corrompe los besos,
los atardeceres, el derecho
el izquierdo, la suma del pueblo
y lo cotidiano, aquel cielo,
aquel que me abrasa y da vida
mientras amo y amparo alegrías.
Mientras las tardes, siguen solas
sin los recuerdos que violan
este día, estas bocas que no callan
las guerras que día a día ametrallan
este mundo que me arrebata lagrimas
y destruye lentamente mi galaxia.