Estuve buscando en los rincones del día,
en los confines que permanecen verdes,
en lo intangible, en el mundo que veía
una respuesta que acabe con la muerte.
Cuando digo buscando una respuesta
quiero decir esgrimiendo preguntas,
palabras que se iban en el aire
o como un remolino giraban
desde el centro hasta el alma.
Fui creciendo en incertidumbres,
en plegarias y en validos rituales,
vi el fuego y la costumbre sepultura,
vi al río llevarse las velas
ardiendo por los que se iban,
hice silencios hasta pronunciarlos,
mire fijo el agua fluyendo,
sin saber que algún día
comprendería esa metáfora.
Sin embargo, vivo y muerto estoy buscando
los ojos que partieron y las risas
que nos ríen desde adentro,
las caras que nos sangran,
las voces que intuimos,
los sueños que a pesar del tiempo
nunca fueron míos,
ni cumplidos, ni remotamente,
ni los árboles que crecen y se van,
como nosotros que nos vamos
a veces sin haber crecido.
Hoy pensé en todos los que aun no fuimos
por el camino que a pesar de todo iremos,
en el tiempo que nos atrae hacia el riesgoso
camino de lo que nos queda.
Recordé las personas en mi mente,
como así también las plazas que se han ido,
los años que nos dieron memoria y luego,
evidentemente, trajeron el olvido.
Visite mi propia tumba, que era yo:
mi compañero en mi camino.
Respire hondo las horas del ocaso
observando el sitio donde hay tiempo
aun tendiéndome su abrazo.
Creo que al final del día,
voy a dormirme para ensayar la muerte,
voy a sentirme parte de la oscura
habitación que me rodea,
voy a sentirme objeto y porque no
sujeto a las leyes iré esparciendo
en el aire, flotando
dejaré una bruma clara
que no será mas que la luz,
evocando el paso de mi alma.
Soñando de noche quizás
después de tantos años,
el día del estreno,
ya estaré acostumbrado.
en los confines que permanecen verdes,
en lo intangible, en el mundo que veía
una respuesta que acabe con la muerte.
Cuando digo buscando una respuesta
quiero decir esgrimiendo preguntas,
palabras que se iban en el aire
o como un remolino giraban
desde el centro hasta el alma.
Fui creciendo en incertidumbres,
en plegarias y en validos rituales,
vi el fuego y la costumbre sepultura,
vi al río llevarse las velas
ardiendo por los que se iban,
hice silencios hasta pronunciarlos,
mire fijo el agua fluyendo,
sin saber que algún día
comprendería esa metáfora.
Sin embargo, vivo y muerto estoy buscando
los ojos que partieron y las risas
que nos ríen desde adentro,
las caras que nos sangran,
las voces que intuimos,
los sueños que a pesar del tiempo
nunca fueron míos,
ni cumplidos, ni remotamente,
ni los árboles que crecen y se van,
como nosotros que nos vamos
a veces sin haber crecido.
Hoy pensé en todos los que aun no fuimos
por el camino que a pesar de todo iremos,
en el tiempo que nos atrae hacia el riesgoso
camino de lo que nos queda.
Recordé las personas en mi mente,
como así también las plazas que se han ido,
los años que nos dieron memoria y luego,
evidentemente, trajeron el olvido.
Visite mi propia tumba, que era yo:
mi compañero en mi camino.
Respire hondo las horas del ocaso
observando el sitio donde hay tiempo
aun tendiéndome su abrazo.
Creo que al final del día,
voy a dormirme para ensayar la muerte,
voy a sentirme parte de la oscura
habitación que me rodea,
voy a sentirme objeto y porque no
sujeto a las leyes iré esparciendo
en el aire, flotando
dejaré una bruma clara
que no será mas que la luz,
evocando el paso de mi alma.
Soñando de noche quizás
después de tantos años,
el día del estreno,
ya estaré acostumbrado.